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El viaje de Invierno

En invierno, la oscuridad y la muerte descienden sobre el mundo natural, mientras que las semillas de la nueva vida y el retorno de la luz se gestan en el vientre de la Tierra, a la espera de su renacimiento.

En estos principios naturales de los ciclos de Vida-Muerte-Renacimiento, puedes encontrar la inspiración y la fuerza para descender a tu propia oscuridad interior en busca de las raíces más profundas de tu curación y transformación.

El viaje de Pskyke en esta estación es un viaje de descenso donde puedes alquimizar tu transformación personal, con la Naturaleza y la Diosa Oscura como tus maestras y guías. En el próximo post te hablaré de Ella, y del viaje de Inanna al Inframundo, de nuestros viajes de descenso a nuestras profundidades internas.


El invierno puede ser una época tensa. La tierra se desnuda ante las duras condiciones de oscuridad, frío, muerte y escasez. La Naturaleza se despoja de gran parte sus manifestaciones exteriores de vida, se repliega sobre sí misma y entra en una especie de estado de letargo. A mucha gente no le gusta el invierno. Culturalmente, no suele gustarnos el frío, la oscuridad, y menos la muerte y el dolor asociado a ella.


En los días fríos y oscuros del invierno, y en los tiempos fríos y oscuros de tu viaje del alma, presta atención a los caminos de la Naturaleza. Cuando la muerte aparezca en tu puerta, no como muerte física, sino como finales que transforman la vida, deja que el mundo salvaje sea tu guía.

La Naturaleza del invierno también nos regala una profunda quietud y silencio. Las plantas y las criaturas se rinden a la muerte y a la hibernación. En muchos casos parece que la vida llega a su fin. Todo vuelve a la tierra, a sus orígenes. Sin embargo, este estado de muerte del invierno es una especie de ilusión, ya que también un tiempo de descanso, de rejuvenecimiento y gestación que dará paso a un nuevo ciclo de luz y el regreso de la vida que brota de nuevo en la primavera.


La Muerte como guardiana de la Vida


Esta gran verdad universal de la Muerte, Vida y Renacimiento nos lo muestran también, de una forma u otra, las grandes tradiciones espirituales. En el budismo, por ejemplo, se considera que la muerte y el nacimiento ocurren de modo continuo, que la muerte ocurre en todo momento, no solo al final de la vida con la gran muerte. La muerte de un momento nos permite el nacimiento de otro.


Así como vemos en la naturaleza como las muertes no son finales absolutos, sino más bien comienzos donde renace algo nuevo y fresco, así en nuestras vidas en el instante mismo en que experimentamos el final de un momento, experimentamos el proceso de nacimiento.

Nace un nuevo mundo a medida que surgen pensamientos frescos y emociones coloridas en respuesta a las percepciones cambiantes. En consecuencia, el final de un momento es también una renovación, y, por tanto, la muerte, es necesaria en los procesos de cambio y transformación.


Terminar no es ni positivo ni negativo, en sí solo es la realidad. Pero nos cuesta aceptarla como tal. La Vida es preciosa y delicada y la oscuridad, la muerte, los finales, la pérdida, dolor, las heridas... forman parte de este viaje. Es el sufrimiento inherente a la Vida. Aunque estas verdades nos resulten duras y desgarradoras, por lo menos a nivel cultural, las enseñanzas de la estación invernal no son tan sombrías como parecen, ya que nos descubren el poder regenerador y latente que contienen bajo la superficie. Es el adentrarse en estas fuerzas lo que hace del invierno una de las épocas más poderosas del año para el trabajo de transformación.


Las fuerzas benevolentes de la transformación

La Naturaleza nos muestra las fuerzas benevolentes de la transformación. Al igual que en el invierno donde las hojas, plantas y materia orgánica muerta sirven de abono para fertilizar la tierra, nuestro dolor de soltar, del morir, del renacer y vivir, puede ser utilizado como composta para nuestra transformación personal.

Podemos reconfigurar y recalibrar nuestro espacio interno y externo para dar paso a lo que ahora, de la oscuridad, de la muerte, brota en vida. Podríamos considerar que la Muerte es la guardiana de la nueva Vida. Esta es una de las sabidurías benevolentes que nos ofrendan las poderosas fuerzas de transformación, e iremos viendo en nuestro viaje a lo largo del año, como alinear nuestro trabajo personal con estas energías.


Aun así, descender ahora y realizar nuestro trabajo interior en la estación invernal puede resultarnos difícil, incluso temerlo o evitarlo, ya que nos lleva a adentrarnos en los lugares oscuros y ocultos de nuestro paisaje interior donde nos encontramos con nuestras heridas, y con partes dolorosas y vulnerables de la historia de nuestra vida. Pero podemos agradecer a la oscuridad que custodia nuestros miedos, y que a su vez también custodia nuestros tesoros perdidos u olvidados. Por ello, recuerda el poder de renacimiento invernal de la Naturaleza: la nueva vida surge de los lugares oscuros y mortecinos del vientre de la Tierra. Lo que encuentras en el vientre de tu oscuridad interior es la creación de una poderosa magia de renacimiento. Tu belleza y esencia dormida descansa junto a las partes perdidas y olvidadas de tus heridas, juntas son el contenido y el catalizador de los siguientes pasos para tu sanación. Y eso, está ahí, en lo profundo. Esta es la magia de tu transformación personal.



Tu viaje personal


El viaje de tu psique en esta estación, en estos momentos, tendrá sus propios retos personales para ti. Puedes amar el invierno u odiarlo; abrirte a la quietud, el silencio y la reflexión interior a los que te llama la Naturaleza, o atiborrar tu tiempo con actividades y planes. Puedes acoger la invitación a descender a los rincones oscuros de tu paisaje interior, o huir haciendo cosas en la otra dirección.


Para realizar este trabajo es vital hacer pausas, en las que parar nuestro funcionamiento habitual de piloto automático, de prisa y de no parar de hacer.


Necesitamos darnos espacios para profundizar, y lugares donde darnos tiempo para reconocer el duelo sagrado por todo lo que nos hiere en lo más profundo de nuestro ser y corazón, y acompañarnos. Acompañarnos en el sentir compartido.

El autoconocimiento y el autocuidado son recursos esenciales en esta senda, si queremos desarrollar nuestra conciencia, tomando nuestra propia experiencia y generando nuestra propia gnosis para evolucionar en todas las dimensiones de nuestro ser.


Invitación Práctica


Para iniciar este viaje, es importante que pares y que te preguntes a ti mism@ qué te pasa en este momento y cuáles son sentires y reacciones ante la estación invernal.

Baja el ritmo. Dedica tiempo a la quietud, el silencio y el reposo. Despréndete de tus pensamientos y preocupaciones cotidianas, y de las ajetreadas actividades de tu vida diaria, aunque solo sea por una tarde, una hora o unas cuantas respiraciones lentas y profundas. Elimina el ruido y las distracciones que te impiden estar en el presente. Vuelve la mirada hacia tu interior. Vuelve a tu centro, a tu esencia y a la vida que se gesta en las profundidades de tu oscuridad interior.

La Naturaleza nos recuerda lo que nosotros los humanos hemos olvidado. Cada ciclo debe volver a su calma y silencio, cada espiración requiere una inspiración. Podemos emular a la Naturaleza cultivando la calma y el silencio interior y vincular el mundo interno con el exterior.

Puedes practicar cualquier método de respiración o meditación que conozcas, o que simplemente te pares a respirar conscientemente, es decir, prestándole atención a las sensaciones vinculadas a tu respiración. El caso es, que con cada respiración trata de que tu mente se aquiete. Esto permite que tu paisaje interior se abra, y vaya dejando paso, poco a poco, al vasto y potente vacío. Puedes ser el testigo de tu propia vida, amoros@, alerta y curios@. Lo que aparezca es tu meditación y tu trabajo del alma.

No tengas miedo de lo que encontrarás. Aunque el dolor, la pena y las historias perdidas de dolor y sufrimiento te esperen en tu oscuridad interior, tus heridas no son tus enemigas. Así como la vida es la guardiana de la muerte, las heridas, el dolor, es el guardián de tu belleza y tu potencial, y tus aliados y guías en tu viaje de sanación y transformación.


Toma nota o registra aquello que te ha llegado, ya todo que ello de alguna forma hace parte del trabajo de preparación y cuido para que nuevas semillas broten cuando llegue la primavera.


Moraleja

Ábrete a los misterios primigenios de la Naturaleza. Quédate quieta, en silencio y dirige tu mente hacia las profundidades de tu oscuridad interior. Escucha. Este trayecto de invierno te ayuda a explorar y abrazar las poderosas fuerzas naturales y a hacerlas tuyas, habitando tu propio proceso personal.

Deja que estas verdades que cambian la Vida inspiren y guíen tu viaje. Gracias a mi oscuridad implacable por custodiar mi tesoro

¿Estás list@ para descender a tu oscuridad interior en busca del poder de transformación y de la magia del renacimiento que allí te espera?





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