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  • evayera

¿Qué es Psicología del Despertar?

En el trabajo profundo con un@ mism@ una se encuentra con la espiritualidad. En el desarrollo espiritual, una se topa con el trabajo psicológico profundo.

La Psicología del Despertar originariamente aspira a tender un puente entre dos dominios tradicionalmente separados: la psicología individual e interpersonal que se estudia en Occidente y el camino de despertar del que hablan las grandes tradiciones espirituales, especialmente las orientales. Hasta hace poco, la psicología occidental había descuidado el dominio espiritual, mientras que los caminos contemplativos han despreciado el papel que desempeña el trabajo psicológico en el proceso de desarrollo espiritual. En las últimas décadas se ha abierto un campo de interrelación entre estos ámbitos, ya que como afirma J. Welwood, "el despertar necesita de la psicología tanto como la psicología necesita del despertar".


Actualmente tenemos acceso a las tradiciones espirituales de todo el mundo especializadas en la dimensión eterna y suprapersonal (el lado "celestial" de la naturaleza humana) y a la sabiduría acumulada durante más de un siglo de psicología occidental, fundamentalmente centrada en las dimensiones personales e intepersonales (el lado "terrenal" de la naturaleza humana). En este sentido, el diálogo que se ha establecido entre la psicología occidental y las antiguas tradiciones espirituales puede ayudarnos a explorar los aspectos personales y espirituales de nuestra naturaleza y profundizar la relación entre la mente, el corazón, el cuerpo, el alma y el espíritu como facetas indivisibles de la misma totalidad viva y disponer así de un enfoque más integral y práctico para nuestro desarrollo evolutivo.

Cualquier psicología del despertar realmente completa tendrá que investigar la relación existente entre las dimensiones suprapersonales, personales e interpersonales, es decir, la esfera espiritual, la terrenal y de las relaciones.

Muchos de l@s que estamos en procesos de crecimiento personal consciente o nos interesamos por la vida espiritual sufrimos patrones y heridas psicológicas que la práctica espiritual no siempre nos ayuda a comprender ni resolver. ¿Cómo es posible encarnar la auténtica realización personal y espiritual – más allá del miedo, la agresividad, la reactividad emocional, el egocentrismo y otras pautas defensivas, sin comprender y resolver la dinámica psicológica que las alimenta? ¿Por qué nos resulta tan difícil ser coherentes y llevar a la práctica relaciones conscientes y cuidar nuestros vínculos?


En mi propia experiencia y en la de otras personas he visto que el desarrollo espiritual conlleva sus ramificaciones psicológicas y que muchas de ellas nos confunden, las ignoramos o nos producen dolor. He observado que pueden presentarse dificultades psicológicas, por ejemplo, cuando las personas están inmersas en su desarrollo consciente o espiritual y quieren trascender aspectos de su personalidad o “Ego”. Como bien expresa Wellwood:


"Es inevitable que la expansión de la conciencia que comienza a trascender los límites de la estructura de la personalidad condicionada reestimule las viejas pautas subconscientes, una situación que las religiones tradicionales describían en términos de demonios o diablos. Sin embargo, desde la perspectiva de la psicología moderna, estas pautas anquilosadas pueden considerarse conflictos subconscientes de la estructura de una personalidad condicionada que irrumpen en la conciencia cuando se pone en marcha el proceso del despertar que, si no se resuelven adecuadamente, terminan distorsionando el proceso del desarrollo espiritual. No basta pues con conseguir determinadas comprensiones espirituales, sino que también es esencial desarticular las pautas emocionales y mentales subconscientes ancladas en el cuerpo y en la mente que impiden la realización de una modalidad de ser más elevada y plena".

Trabajo Psicológico para el desarrollo esperitual
Post Psicología del Despertar


Podemos aprender a trabajar con los miedos, las creencias y las pautas defensivas condicionadas del pasado como escalones o retos en el camino de crecimiento personal y liberación espiritual. El proceso de individuación requiere un proceso de clarificación psicológica que estimule el desarrollo de un individuo auténtico que pueda encarnar y expresar en su persona todas las dimensiones del ser, incluyendo las más profundas y las más elevadas. Si queremos poner el trabajo psicológico al servicio del desarrollo espiritual es necesario ampliar la visión y emprender una búsqueda más allá de la tradición, la ortodoxia de disciplinas, y la limitación de enfoques que nos permita adentrarnos en el territorio desconocido y personal que conduce de la verdad absoluta a la verdad relativa. No hay prisas, ni plazos, ni dogmas, ni conclusiones fáciles y definitivas, sino que empezamos formulando nuestras preguntas con una actitud abierta, amable, observándonos, preparándonos para escuchar y trabajar sobre sí.


Mi visión de la Psicología del Despertar es una psicología al servicio de la Vida y subraya la necesidad de profundizar en nuestra interioridad para conectarnos con nosotras mismas, con el otro y con la existencia misma.


Es una psicología experiencial, acercándonos y abordando la experiencia a través del sentir, de estar presente. Entre otros aspectos se destaca el rescate del principio femenino y la reconexión con la naturaleza como fuentes de sanación e integración para el ser humano, para todos los seres sintientes, nuestras relaciones y para el planeta.

Mi Psicología del Despertar alienta el desarrollo personal, espiritual y terapéutico, porque está especializada en la relación de ayuda, el potencial sanador y el acompañamiento en estos procesos.


La llamada de profundización interior es un camino en espiral de encuentro y desencuentro, de ascenso y descenso, de encarnar, enraizar, soltar, morir y transformar. Son nuestros mejores viajes y como peregrinos nos reconocemos en el camino. Cada uno anda su trecho, pero necesitamos compartir el pan, el alimento, el agua, la calidez, y reconocernos y acompañarnos mutuamente.

Camino a ti. Camino a mí. Camino a casa.

Caminante, ya lo sabes: no hay camino, se hace camino al andar.

Es un privilegio y un honor acompañarnos en el camino.




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