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Festividad de Imbolc - La Candelaria

Imbolc es una de las fiestas principales del calendario pagano dentro de la Rueda del Año. Es en el punto medio entre el invierno y la primavera. Tiene su origen en la antigua celebración celta, de bienvenida a la luz y a la nueva etapa de siembra. La palabra Imbolc procede del irlandés antiguo "imbolg", que significa "en el vientre" y hace referencia a los primeros brotes de nueva vida en la naturaleza tras el invierno. La festividad está vinculada a la antigua diosa celta Brigid. Era una diosa del fuego y el agua, asociada a la curación y el parto. Su festividad se celebraba los días 1 y 2 de febrero.


En lo externo, ese día coincide con el momento más frío del invierno, pero la fiesta nos enseña que las apariencias engañan pues también florecen los almendros, los osos salen de su hibernación y las lobas entran en celo. Todos estos son los aspectos que anuncia y celebra esta festividad. Aunque estos procesos aún estén ocultos a la vista, la celebración subraya el concepto básico que nuestros antepasados ya honraban y al que ya nos hemos referido anteriormente: todos los fenómenos comienzan en la oscuridad no visible del vientre de la Tierra.


El Festival fue sincretizado por el cristianismo, referido a Santa Brígida y popularizado como Candelaria, con cuyo nombre se la conoce en España, donde es una importante celebración en muchas regiones de España. Antiguamente, la Candelaria se celebraba encendiendo velas al anochecer del 1 de febrero como ofrendas de luz y fuego para la purificación y la protección.

Brigid o Brígida es la triple Diosa: la exaltada, guardiana de la llama sagrada, guardiana de los manantiales y creadora de cosas bellas. Es la transformación, la inspiración y la creatividad. Es una diosa del Sol profundamente vinculada a la fiesta del fuego de Imbolc.



Brigid nos atrae a su puerta en esta fecha. Tiene muchos dones que ofrecernos: la luz de su llama sagrada para sacarnos de la oscuridad; las aguas curativas e inspiradoras de su pozo sagrado para reparar nuestras heridas y guiar nuestro camino; y los poderes transformadores de su fragua, donde lo viejo puede convertirse en nuevo.


El cambio de luz en febrero es perceptible: Hay un alargamiento, un cambio en la forma en que el resplandor se va mostrando tímidamente hacia fuera, señalando un calentamiento, una elevación, una agitación debajo de la superficie. Lo que estaba quieto y silencioso, gestándose y demasiado profundo para ser visible, ahora está agitando, con una palabra, un gesto, un símbolo o una metáfora, una llamada. Una llama.


El vientre de la madre se agita. La madre Tierra, la madre cordero y madre alma, gestando una nueva posibilidad.

Imbolc es una época en la que dirigimos nuestra mente y nuestras intenciones hacia las semillas que nos gustaría plantar en primavera, tanto en nuestros jardines como en nuestra vida.

Al igual que el reino natural, lo que ha estado dormido dentro de ti ansía un nuevo crecimiento y la luz y la sombra forman parte de tu danza con las cambiantes energías estacionales.


En Imbolc, vuelves tu mente hacia las semillas que contienen las próximas piezas de tu camino, procedentes de todas las partes de tu Yo Profundo y de la historia de tu vida. Al llevar estas semillas a la luz de tu conciencia y compromiso, también te encontrarás con el lado oscuro de las partes heridas y negadas de tu vida y de nuestro mundo.


Imbolc nos invita a tomar conciencia una vez más de la danza de luces y sombras que habitan nuestra naturaleza, tanto la externa como la interna.


Sintonizando con las energías naturales, el trabajo interior que podemos hacer en estos momentos tiene que ver con conectar con nuestro fuego y pasión interiores, abrazar nuestra luz interior y expresarnos a través de la creatividad.


Todos llevamos semillas en el vientre. El vientre de la madre Tierra también está lleno de semillas. Así pues ahora cabe preguntarte: ¿Qué semillas estás gestando? ¿Qué necesita ser purificado?

Siente, escucha y escucha un poco más en lo profundo.


Purifica tus pensamientos, tus hábitos, tu dieta.

Imagina cuidadosamente el jardín que deseas cultivar, por dentro y por fuera.

Elimina lo viejo y deja paso a lo nuevo.

Asegúrate de haber habitado tu tierra oscura.

Enciende y cuida tu fuego sagrado en tu interior, en lo profundo de tu vientre, que te dé calidez y fuerza para dar a luz tus nuevas ideas, proyectos y objetivos en la próxima primavera.






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