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Beltane: Convirtámonos en amantes y creador@s de la vida.

Beltane es una celebración de origen celta extendida por toda Europa y Península Ibérica, asociada a las Fiestas de Mayo y versionada a través de las culturas y las épocas con sus dioses y sus mitos. Esta fiesta representa la exaltación de las fuerzas reproductivas de la naturaleza, donde se rinde culto a la Tierra, la fertilidad y el renacimiento de la vida.


La fiesta celta de Beltane se sitúa en medio de esta estación entre el equinoccio de primavera y el solsticio de verano. Se celebra entre el 30 de abril y el 1 de mayo. El vocablo «beltane» significa el «buen fuego» o «fuego luminoso». Su nombre representa la idea de la luz y del calor. Es el día que marcaba el inicio de la mitad luminosa del año para los celtas.


La tierra florece en todo su esplendor, en la máxima explosión de la primavera, y por tanto esta fiesta es la celebración del deseo, de la pasión que da paso al calor de la creación y que fluye gracias al agua mágica del rocío que da la vida.


Beltane es la celebración de origen celta de la naturaleza exaltada en el apogeo de la primavera.

Antiguamente Beltane marcaba el comienzo de la luz, de la siembra y el pastoreo. Era una fiesta de alegría, colores y gracias. Se celebraba la fertilidad y la sexualidad, el ciclo de la fecundación y la floración. Tradicionalmente, siguiendo los ciclos de la Tierra, ésta es la época en que el Dios Belenos (divinidad de la luz y el fuego), que es joven y despierta su virilidad, desea a su Diosa. La leyenda dice que después de aparearse con la Diosa Madre Tierra y fecundarla, Bel murió para renacer como su propio hijo.


En sus orígenes, es una fiesta de culto al amor y a la sexualidad, que se celebraba con hogueras, alrededor de las cuales se bailaba y saltaba, tanto personas como el propio ganado, para convocar la fertilidad y atraer la salud y la prosperidad, celebraciones que terminaban en fiestas orgiásticas para el mismo fin.


La exuberancia de la naturaleza invita a la alegría y el amor, honrándose lo masculino y lo femenino, que hacen posible la vida, y por tanto es una fecha de agradecimiento por los dones que nos da la Tierra y todos los seres vivos.

Se celebra el momento en que la energía de la primavera alcanza su punto máximo, «los fuegos de Beltane arden como grandes hogueras que calientan el corazón de los hombres».

Las flores eran las grandes protagonistas de esta fiesta, sobre todo las de color amarillo, ya que ésta es una fiesta solar, y el amarillo es el color protagonista. Había también otras costumbres ancestrales como la de subir a la colina más cercana para observar la salida del sol para bañarse con sus rayos. Y otras como bañarse o beber en fuentes sagradas y manantiales, donde creían que los rayos del sol habían quedado atrapados durante todo el invierno. Los druidas aconsejaban beber el agua de los manantiales antes de la salida del sol y lavarse con el rocío de esa mañana. A este rocío se le atribuían propiedades mágicas y curativas, porque se consideraba la esencia destilada de la Madre Tierra (era el Spiritus Mundi). Por ello se recogía en la mañana del 1 de mayo se almacenaba y se usaba a lo largo de todo el año para elaborar ungüentos y otras medicinas.


Era y es un tiempo de fiesta, alegría, casamientos y magia sexual con lo que se trataba de celebrar la vida, la fertilidad, el apareamiento y la creatividad.


Las Fiestas de Mayo

Una de las celebraciones más antiguas conocidas de la fiesta de Beltane es la del Palo de Beltane o Palo de Mayo, un gran tronco que se clava verticalmente en el suelo, que se teje con cintas de colores y flores, alrededor del cual se baila, lo que se considera un monumento a la fertilidad, representando al dios que fecunda a la diosa naturaleza en medio de grandes festejos. Por eso este momento era considerado propicio para encontrar pareja, renovar votos y afianzar las alianzas entre tribus, clanes y familias, fortaleciendo sus relaciones.


En el mes de mayo los antiguos romanos rendían culto a sus antepasados –maiores–, creyendo que en este periodo de transición equinoccial los difuntos se aparecían a los vivos, sembrando el desconcierto entre las gentes. Era el momento también de culto a la diosa de la primavera, Maia Maiestas –que daría origen al nombre actual del mes–, divinidad latina de la fertilidad y la salud.


Todas estas celebraciones ancestrales conectadas con los ritmos de la naturaleza han perdurado en manifestaciones culturales como las fiestas de los Palos de Mayo, los Mayos, o las Mayas.

Los Mayos es una festividad de fuego y fertilidad. Es además un momento de puerta abierta entre el mundo humano y el mundo de los espíritus. Momento perfecto para rituales, celebraciones y trabajo manual consciente.


El Primero de Mayo es la celebración laica de Beltane, con su tradicional danza del palo de mayo. Se planta un poste alto en la tierra y se decora con flores y largas cintas. Los bailarines, cada uno con una cinta en la mano, rodean el poste en direcciones opuestas mientras entrelazan sus cintas. Esta costumbre hunde sus raíces en las energías sexuales y fecundas de Beltane. El palo de mayo es un símbolo fálico gigante que surge de la tierra fértil, y las dos cintas que se entrelazan representan la unión sexual y la creación de nueva vida.



Estas fiestas de los Mayos, con distintos nombres pero muy similares en sus celebraciones han existido por toda Europa y la Península Ibérica. Por ejemplo, los mayos en Galicia se celebraban con la organización de un concurso de Maios, que son composiciones hechas con flores silvestres que recubren conos gigantes de vegetación. O la versión femenina de estas fiestas ancestrales son las Mayas, en torno a la figura de una moza vestida con ropas blancas y adornada con flores y motivos vegetales. Esta fiesta se ha celebrado en Cantabria y otros lugares de España hasta no hace tanto, a pesar de que ya se habían integrado en el santoral cristiano.


En el continente europeo también se celebran los Mayos, aunque con lógicas variantes regionales. En el centro y norte de Europa se le llama la «noche de Walpurgis», celebrada en la noche del 30 de Abril al 1 de Mayo, y también conocida como la «noche de Brujas», con el mismo origen céltico que los Mayos hispanos. En Alemania forma parte de los mitos germánicos, los baños rituales en agua de rocío en el 2 de mayo. Recibe el nombre de Maibaum. Por toda Italia es también costumbre la de cantar «Il Maggi» que son coplillas de muy diversa índole, la mayoría de ocasiones amorosas con una importante carga sexual, que los jóvenes cantaban para festejar la llegada de la primavera. En algunas partes de Inglaterra las muchachas solteras salían en procesión portando ramas floridas antes del alba, momento en el que se iniciaban las danzas de Mayo al son de la gaita, para dirigirse posteriormente al bosque sagrado donde se rendía culto al Maypole (Vara de Mayo).

El antiguo Hombre Verde

Una entidad importante en estos mitos es el Hombre Verde, que parece tener un origen muy primitivo y que ha dado pie y ha evolucionado en muchos mitos a lo largo de la historia y las culturas.


En la época neolítica, en la que según dicen algunos “Dios era una Mujer,” la Diosa y su Hijo, el Hombre Verde, eran venerados por gentes de todo el mundo para renovar anualmente la abundancia material de los frutos de la Tierra. Surgió una leyenda universal acerca de ellos, dando comienzo la fecundación anual de la “virgen” Diosa Tierra por parte del Sol, el “Padre del Cielo,” con el consecuente nacimiento de su Hijo, el Hombre Verde. Es una historia que se gesta en el solsticio de invierno y que transcurre a lo largo de todo el año, siendo en primavera cuando renace el Hijo, en el apogeo de la naturaleza vede, por eso su nombre de Hombre Verde.




Esta leyenda de la Diosa y el Hombre Verde está intricada a los ciclos de la naturaleza y como tal se ha reproducido y reconocido en las distintas culturas con distintos nombres pero siempre reproduciendo esta relación entre la que entre el padre sol y la madre Tierra, renace el Hijo en primavera.


Algunos estudiosos de los mitos ven ahí incluso los orígenes y