
¿Cómo?

Facilitando espacios para auto observarnos, sentirnos y conectarnos; abriéndonos y estando presentes directamente con la experiencia, lo que nos permite dar sentido a lo que vivimos, desarrollar la conciencia y despertar la sabiduría del corazón.

Explorando nuestra interioridad: escuchando el cuerpo, sintiendo, descubriendo y dando voz a tu verdad más profunda, permitiéndonos sentir el origen de lo que emerge y el potencial implícito en nuestra experiencia, para impulsarlo y hacerlo explícito en procesos de cambio.

Acompañándonos en el trabajo sobre Sí y facilitándonos los procesos de transformación personal, reconociéndonos y compartiendo en los lugares comunes y favoreciendo nuestras expresiones únicas e individuales.

Cultivando y nutriendo habilidades innatas como la atención, la escucha, la empatía, la presencia o la compasión, tan necesarias en cualquier práctica terapéutica o relación de ayuda, así como en la vida cotidiana.

Aprendiendo una psicología experiencial, que parte de la experiencia y que integra lo espiritual, la consciencia, lo corporal, con el corazón, con las neurociencias, la naturaleza, etc., dotándonos de recursos, principios y prácticas que favorecen el despliegue de una existencia más plena y en sintonía con la Vida.